Uno de los aspectos más emocionantes en torno al marketing reside en su total apertura hacia actos extraños e inesperados que resultan teniendo una efectividad tremenda como herramienta publicitaria. Sin embargo, “inesperado” no es sinónimo de “espontáneo”. Muchas veces estos actos pueden ser consecuencia de un insight, ya planificado, por parte de quien lo ejecuta. El deportista Tom Daley de Tokio 2021, junto a un súeter, fueron los protagonistas de uno de estos inusuales eventos esta semana en donde se demostró que la publicidad también tiene corazón, ¡y vaya que dio de qué hablar!
Tom Daley, medallista de oro en clavado sincronizado, fue captado por una cámara mientras tejía un suéter en medio de una final del mismo deporte en categoría femenina. Como siempre, las redes no tardaron en comentar y hacer viral este momento, y los medios en sacar notas al respecto.
Pero bien, ¿Qué hay detrás de todo esto?
Si el tejer fuera solamente un hobby de Tom, probablemente no mucho. Hubiera quedado como un hecho memorable y quizá hubiese transmitido un mensaje positivo entorno a las masculinidad. Sin embargo, resulta que lo del clavadista es más que un pasatiempo.
Tom es poseedor de @madewithlovebytomdaley una marca en Instagram en donde comparte y vende sus variados y creativos diseños, que lejos de actuar en beneficio propio, destina todo el dinero generado hacia donaciones para fundaciones benéficas.
El marketing camuflado entre el tejido
Entonces, lo del tejido no es un hobby, es algo serio, y teniendo en cuenta sus declaraciones a favor de la comunidad LGBT+, luego de ganar la medalla de oro, podemos deducir que Tom comprende cómo y cuándo aprovechar los canales comunicativos. En ese sentido, está claro que Tom sabía lo que iba lograr al protagonizar este hecho, había una visión de marketing detrás.
Y es que la acción de ponerse a tejer, en medio de una final olímpica, ya sería bastante inusual viniendo de alguien del público. Pero que venga de un deportista, masculino y actual medalla de oro, lo transforma en inevitablemente llamativo. Está claro que Tom podría haberse esperado a terminar el evento para proseguir con lo suyo. Pero la decisión de hacerlo frente a cámaras respondería a una motivación tanto comunicativa como publicitaria.
Efecto publicitario
Luego de esta acción, constatar que la cuenta en Instagram de su proyecto está cerca de alcanzar el millón de seguidores no es una sorpresa. Y a ello contribuyen todos los distintos medios y portales que han estado haciendo eco del tema, incluyéndonos por supuesto. Por tal motivo, podemos afirmar que la estrategia de Tom ha sido extremadamente efectiva, y noble, teniendo en cuenta su objetivo altruista.
Queda evidente que la creatividad de Tom se extiende más allá del plano artístico o deportivo, por lo que hay que reconocer que además de una medalla de oro olímpica, se ha sacado también la medalla de oro en marketing. Desde aquí, le deseamos la mejor suerte y esperamos que su proyecto siga creciendo.
Aquí un pequeño homenaje realizado por una estudiante mexicana, también apasionada por el mismo arte.
