Creo que si queremos aprender a hacer marketing, no deberíamos limitarnos a observar solo las acciones emprendidas con el fin de incrementar la venta de productos o servicios de una marca, sino observar también aquellas acciones orientadas a potenciar el alcance de un mensaje. Sobre todo si ha conseguido resultados espectaculares.
La semana pasada, empezó a correr (a través de diferentes perfiles) un video en el que un conejo de experimentación nos va contando su día a día mientras nos volvemos testigos de la crueldad y sufrimiento por los que debe atravesar en pro de la industria de los cosméticos.
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¿Qué tan lejos ha llegado? Pues lo suficiente para conseguir más de 40 de millones de reproducciones en Instagram y más de 15 millones en Facebook, solo en sus dos primeros días.
Esto es increíble, no se me ocurre algún otro contenido en redes de la última década (o más) que haya conseguido amasar tal cantidad en tan poco tiempo. Sin embargo, lo que sí está claro es que ha sido consecuencia de tocar las conciencias de las distintas personas que lo vieron. Entre famosos, influencers, y personas de a pie, todos compartiendo el contenido. Ha sido la clave para el descomunal alcance que ha conseguido. Esta vez no es una marca intentando vendernos algo, es un cortometraje comunicándonos una cruel realidad.
Pero este cortometraje no habría tocado la consciencia de todas esas personas si no hubiera generado una conexión real con ellas. Y la razón de esa conexión no se limita solo a la empatía que podemos sentir con el conejo a través de la muy lograda propuesta audiovisual, sino con lo involucrados que estamos con el tema. Porque sí, todos consumimos cosméticos, y muchas de estos pertenecen a marcas que experimentan cruelmente con animales.
No es tema nuevo
que nuestro modelo de shampoo haya sido testeado con algún animal es algo que podríamos sospechar, a sabiendas que la práctica persiste, pero hemos preferido no pensarlo. Una verdad incómoda que no es tema de conversación, quizá porque no resulta agradable para nuestra conciencia. La magia de la “Humane Society International” ha sido conseguir sacar al tema de ese abismo y lograr ponerlo en boca de todos. Y justamente, ha sido lo audiovisual el medio perfecto para conseguirlo. Siempre lo repetimos, la imagen en movimiento y el sonido tienen un potencial increíble para tales propósitos cuando se hace de la manera correcta.
Logos que validan el no testeo en animales
Para terminar esta reflexión, aunque nunca se hace mención en el corto de ninguna marca, ha sido el propio público el que se ha encargado de hacer la exposición de aquellas quienes incurren en este maltrato. En stories y publicaciones en distintas redes sociales, los usuarios han elaborado y compartido imágenes con el resumen de las diferentes marcas que siguen experimentado con animales, al mismo tiempo que resaltan a las que no, como una manera de incentivar la compra de estas últimas y el boicot de las primeras. Incluso, han hecho una guía para reconocer sellos “Cruelty-Free” (libres de crueldad) no oficiales.
Ejemplos de Stories
¿Qué les espera a aquellas marcas? Aún es temprano para decirlo, por el momento no se ha difundido pronunciación por parte de alguna. No de forma viral, al menos, dentro del espectro de quien les escribe, pero no cabe duda de que tendrán efectos negativos en su imagen.
Todo el poder que puede contener un pequeño video, cuando genera una conexión increíble con la audiencia.